Una de las ventajas de la hipnosis es la capacidad que tiene de influenciar y sugestionar positivamente a nuestro subconsciente para que pueda realizar esos cambios que queremos, que verdaderamente queremos.
Nuestro subconsciente puede ser nuestro mejor amigo y si lo permitimos, nuestro peor enemigo. Lo explico…
Cuando me di cuenta que nuestro subconsciente controla el 90 por ciento de nuestro día a día y que controlamos solamente el 10 por ciento de lo que hacemos…me enfade un poquito. Sentí la frustración de no estar en control. Que mi día a día estaba siendo vivido casi descontroladamente sin ser consciente de ello. Aunque decir eso es un poco verdad y un poco no tanto.
Nuestro subconsciente es simplemente una programación que se ha creado cuando éramos muy pequeñitos. Cuando un niño tiene 5 años, básicamente la programación subconsciente, ideas limitantes, creencias y paradigmas, están casi en su totalidad instaladas en su mente. Y para cuando tiene una edad de 7 años, el cerebro está configurado totalmente como en un adulto.
Lo que pasa con esto es que nuestro subconsciente ya tiene toda la información que necesita para funcionar en el día a día y podemos dejar muchas cosas en piloto automático. Nuestro subconsciente no solamente se encarga de que respiremos sin tener que estar pensando en ello, de parpadear y de poner un pie delante del otro al caminar sin estar planificando cada paso, sino que también se encarga de las respuestas que damos, de la clase de pensamientos que tenemos, la actitud hacia ciertas cosas o personas, las formas que tenemos al hablar con la gente, las palabras que utilizamos al hablar, los movimientos que hacemos al comunicarnos, los tonos de voz, la manera que utilizamos nuestros ojos, como nos relacionamos con las distancias en una situación conversacional y mil cosas más.
Por eso, un niño siempre se va a parecer a como son los padres. Los niños aprenden por imitación, repetición y ejemplo. Si tiene un padre que utiliza muchos tacos y es muy grosero, las posibilidades que el niño se comporte así es muy grande. Y si el padre es un gran lector y deportista, pues tres cuartos de lo mismo. Cualquier ejemplo, palabra o definición que viene a nosotros de un personaje de autoridad (padre, madre, abuelos, profesores, hermanos mayores, familiares, vecinos, políticos, policías…) atraviesa nuestro sistema de análisis y se acepta sin más. Por ejemplo: si en alguna discusión en la calle alguien te dice que eres tonto, lo analizas y piensas “este tío a mi no me conoce de nada y yo se que tonto, no soy !” Con lo cual el hecho de que te haya dicho tonto, no surte ningún efecto en ti ni en tu subconsciente. Por el contrario, si el que te dice que eres tonto es tu padre, simplemente lo aceptas sin previo análisis. Porque ese mensaje viene de una persona que representa autoridad. Y es justamente por eso que no me canso de decirle a los padres que cuiden mucho el vocabulario que utilizan frente a los peques. Porque un niño, una vez que crea que es tonto, lo creerá toda su vida y morirá pensando que efectivamente es tonto. Y su subconsciente se encargará permanentemente de crear situaciones donde va a confirmar una y otra vez que es tonto. Voy incluso un poco más lejos. Si en casa ha habido problemas con el dinero, porque costaba ganarlo, porque había una situación precaria y todos los comentarios acerca del dinero eran negativos, tu subconsciente estará toda la vida con esa programación de precariedad, de falta de dinero o que el dinero es difícil de conseguir. Y adivina que? Todo lo que tu subconsciente cree, es. Pues esa es la manera que el subconsciente controla nuestras vidas.
Claro, al verlo así, lo primero que viene a la cabeza es ¡menudo plan!.
¿Y ahora qué? Bueno, una vez que nos damos cuenta que algo nos afecta es cuando tomamos cartas en el asunto. Lo primero es tomar consciencia que existe una situación que nos está causando cierta incomodidad. Puede ser que finalmente, después de 25 años, nos demos cuenta que fumar un paquete al día empieza a perjudicar mi salud, mi economía, a mi familia y me afecta en mi entorno laboral. Pues bien, ahora que hemos tomado consciencia de que algo nos está afectando, tendremos la posibilidad de hacer algo al respecto. Si queremos.
Nunca me voy a cansar de repetir lo importante que es tomar consciencia de lo que nos afecta. Muchas personas están tan desapegadas de su propia realidad, que ni siquiera se dan cuenta que hay algo que les está afectando. La gente, su familia, sus amigos y compañeros se lo dirán, pero esa persona no se dará por aludida porque no es consciente de tener un problema. Por eso, lo primero para poder poner solución a algún inconveniente, es reconocerlo y aceptarlo.
Una vez que una persona reconoce que tiene un problema, lo acepta y quiere cambiar esa situación, lo siguiente es tomar acción.
Hay diferentes formas de tomar acción. Si eres una persona que se ha dado cuenta que es super controladora, que es inflexible, intransigente, que no acepta la opinión de los demás y siempre quiere llevar razón, no me extrañaría que tengas muchos problemas en la familia, en el trabajo y te estés quedando sin amigos. Pero en algún momento te das cuenta que al igual no es el entorno, ni la gente ni los demás. Sino que el que tiene el problema eres tu. Que hay algo superior a ti que hace que te comportes así, que seas poco flexible y que te hace creer que solo tu tienes razón. Pues bien, excelente. Has llegado al primer y el más importante paso de todos. Crear consciencia. Ahora eres consciente de que ese problema existe. Lo siguiente es ponerle solución.
Hay mil maneras de poner solución a una situación que está causando problemas. Puedes leer un montón de libros de inteligencia emocional y auto ayuda. Hay un montón de excelentes libros que tocan muchos temas y te dan un paso a paso para superar ciertos inconvenientes. Claro, siempre que no te quedes solo en la lectura y decidas con todas tus fuerzas pasar a la acción. También puede hablar con un psicólogo. Ellos te acompañarán a hacer un cambio consciente y te guiaran paso a paso hasta encontrar la fuente del problema y poder así, siempre que tengas la fuerza de voluntad, de cambiar conscientemente tu actitud.
Puedes hablar con un coach. Un buen coach es un excelente guía para la consecución de objetivos una vez que te comprometas a hacer un cambio, identificar lo que hace que actúes así y aprender a controlar esos impulsos, sustituyéndolos por otros más saludables.
Y luego está la hipnosis, donde el hipnoterapeuta va directamente a donde está el bloqueo a nivel subconsciente y los modifica, los repara, los re-etiqueta, les da un nuevo significado y hace que se reinterprete para que tus acciones sean abiertas, desde la aceptación y comprensión y de esa manera, cambiar la perspectiva del comportamiento desde una base subconsciente. No olvidemos que el subconsciente es el que controla el timón. Si hay un subconsciente sano, hay relaciones sanas.
Foto de Juan Pablo Serrano Arenas de Pexels