Hay un cansancio que no se alivia durmiendo.
Una tensión en el cuerpo que no siempre tiene nombre, pero que se siente constante.
Y aunque muchas veces intentamos “entender” qué nos pasa, hablarlo, racionalizarlo… hay algo que sigue ahí, como si una par691396852te de nosotros no pudiera soltar.
Durante años se pensó que sanar significaba recordar y revivir el dolor. Que había que atravesar el sufrimiento una y otra vez para poder dejarlo atrás.
Pero hoy sabemos que existe otra forma. Más amable. Más respetuosa.
Porque el cuerpo no miente. Y si le damos espacio, puede ser nuestro mayor aliado en el proceso de liberación.
En este artículo quiero compartirte cómo trabajamos el trauma desde lo corporal, y cómo técnicas como TRE (Tension & Trauma Releasing Exercises) y la hipnosis somática nos permiten liberar lo que está atrapado… sin necesidad de revivir el pasado.
El cuerpo como archivo emocional
El cuerpo recuerda lo que la mente a veces intenta olvidar.
Cada vez que atravesamos una experiencia difícil —una pérdida, un susto, una traición, o incluso una acumulación de estrés constante— nuestro sistema nervioso guarda esa información.
No siempre somos conscientes, pero el cuerpo lo registra: en la tensión muscular, en la respiración entrecortada, en la sensación de estar en alerta incluso cuando aparentemente todo va bien.
El trauma no siempre es un gran evento. Muchas veces es una herida sutil pero persistente que quedó atrapada en nuestro sistema porque, en su momento, no tuvimos los recursos internos o el entorno adecuado para procesarla.
Y cuando el cuerpo no pudo descargar esa energía, la retuvo.
Por eso, aunque comprendamos lo que nos ocurrió y lo hayamos hablado muchas veces… seguimos sintiendo esa presión interna, ese nudo, esa incomodidad difícil de nombrar.
Porque la mente puede entender, pero el cuerpo necesita liberar.
Como dice el Dr. Peter Levine, creador del enfoque Somatic Experiencing:
“El trauma no está en el evento, sino en el sistema nervioso de la persona.”
Recordar no es revivir
Uno de los mayores temores de quienes han vivido experiencias difíciles es tener que volver a pasar por el dolor.
Y es comprensible: nadie desea revivir aquello que una vez le hirió.
Por eso es tan importante entender que hoy contamos con herramientas terapéuticas que permiten liberar sin reabrir. Técnicas que trabajan con el cuerpo de forma respetuosa, sin forzar, sin dramatizar, sin necesidad de verbalizar lo que a veces ni siquiera tiene palabras.
En este tipo de trabajo, no se trata de remover lo vivido, sino de acompañar al cuerpo a completar procesos que quedaron interrumpidos: liberar una emoción bloqueada, soltar una tensión física, permitir un temblor natural, dejar espacio a un suspiro profundo.
Es un camino de reconexión más que de exposición.
Y en muchos casos, lo que se sana ni siquiera necesita contarse, solo dejarse sentir y soltar.
TRE y otras herramientas para liberar desde el cuerpo
Una de las técnicas que utilizo en consulta y que ha dado resultados muy profundos es el método TRE® (Tension & Trauma Releasing Exercises).
Desarrollado por el Dr. David Berceli, TRE es una serie de ejercicios suaves que activan un temblor neurogénico natural en el cuerpo. Este temblor no es patológico, sino una descarga biológica que todos los mamíferos compartimos para liberar el estrés acumulado.
En la naturaleza es habitual ver cómo los animales, tras una situación de amenaza, tiemblan y se sacuden. Es su forma de regresar al equilibrio. Nosotros, como humanos, hemos aprendido a reprimir esas respuestas naturales… pero siguen ahí.
Cuando practicamos TRE, lo que hacemos es darle al cuerpo permiso y espacio para liberar aquello que lleva tiempo conteniendo.
Es un proceso seguro, autorregulado y profundamente sanador.
Complemento esta herramienta con técnicas de hipnosis somática, respiración consciente y PNL, para trabajar también los patrones mentales y emocionales que a menudo sostienen esa tensión.
El enfoque es integral: cuerpo, mente y emociones trabajando en sintonía para restaurar la armonía interna.
Beneficios reales y una historia que inspira
Cada persona es única. Cada proceso, distinto. Pero hay algo que se repite en quienes se permiten explorar esta vía de liberación corporal: una sensación de calma, ligereza y conexión consigo mismos.
Entre los beneficios más comunes tras trabajar con TRE, hipnosis o respiración consciente, se encuentran:
- Disminución significativa del estrés y la ansiedad
- Mejora del sueño
- Sensación de mayor seguridad interna
- Disminución de tensiones musculares crónicas
- Mayor conexión emocional y corporal
- Recuperación del equilibrio y el bienestar
Marina, una de mis pacientes, llegó a sesión con una frase muy clara: “Siento que mi cuerpo está en guerra”. No entendía por qué, pero cualquier ruido le sobresaltaba, tenía el abdomen siempre contraído y sufría insomnio constante.
Iniciamos un trabajo suave, combinando TRE, fijación de objetivos con Coaching y deconstrucción de bloqueos a nivel subconsciente con hipnosis. Dos semanas después me compartió esto:
“No sabía que podía sentirme tan segura de mí misma sin tener que controlar todo. Es como si mi cuerpo hubiera soltado un peso que llevaba años cargando y mi mente haya parado totalmente esa charla negativa que no callaba nunca”
Eso es lo que ocurre cuando el cuerpo encuentra un espacio donde se siente seguro: empieza a soltar, sin esfuerzo, sin lucha.
Sanar es soltar, no luchar
Sanar no siempre requiere comprenderlo todo.
A veces basta con escuchar al cuerpo, confiar en su sabiduría y acompañarlo a liberar lo que ha estado reteniendo.
Vivimos en una sociedad que premia la resistencia, el aguante, la mente racional. Pero el cuerpo sigue ahí, esperando que alguien le preste atención. Que le diga: “Ya puedes descansar”.
No se trata de revivir el pasado, sino de permitir que el presente nos devuelva al equilibrio.
Si sientes que tu cuerpo te está pidiendo una pausa, un suspiro, una forma diferente de sanar…
Estaré encantado de acompañarte.